A la vista de todos está el gran trabajo que este verano ha hecho el Tottenham Hotspur en el mercado para suplir la baja de Gareth Bale. El conjunto inglés ha reforzado la defensa (Vlad Chiriches), el mediocampo (Paulinho, Capoue, Eriksen) y el ataque (Soldado, Lamela, Chadli), y si a esto le unimos la brillante aparición del joven extremo inglés Andros Townsend, hace que los Spurs sean un equipo temible. Sin embargo, cualquier aficionado al fútbol se llevará una sorpresa al ojear la clasificación y los resultados de la Premier League inglesa. Los de Villas-Boas se encuentran en la séptima posición con 20 puntos, 6 victorias, 2 empates y 3 derrotas, dos de ellas sorpresivas, ante Newcastle y West Ham. Pero no es eso lo curioso: los londinenses han ganado 4 partidos por 1-0, y en 3 de ellos el gol se ha conseguido desde el punto de penalti. Un bagaje un tanto pobre para un equipo con tanto potencial y tan ambicioso como el Tottenham. Estos resultados han llevado la inquietud y las dudas al barrio judío de la capital londinense, y se ha empezado a cuestionar la táctica que utiliza André Villas-Boas para afrontar los encuentros, sobre todo los que el equipo disputa en su casa: White Hart Lane. Ante esta situación, el técnico portugués no tuvo más remedio que salir a sala de prensa a calmar los ánimos: "Todos los equipos, hasta los más grandes, vienen a White Hart Lane a encerrarse atrás, y esto no resulta fácil de solucionar para nosotros. Y no solo pasa en nuestra casa, también en los partidos que jugamos fuera". Y sí, señor Villas-Boas, tiene usted más razón que un santo.
Cualquiera que haya visto algún partido de lo Spurs esta temporada estará de acuerdo con él. Muchos equipos, empezando desde el gran Chelsea de José Mourinho, hasta el esta temporada todopoderoso Arsenal se han encerrado atrás contra el Tottenham. La consigna es clara: recular, recular, encerrarse, confiar en el portero, y, de vez en cuando, salir a la contra e intentar batir a Hugo Lloris. El partido de la pasada jornada fue un claro reflejo: el Newcastle llegaba a la capital tras haber ganado al Chelsea en St.Jame´s Park, y pretendía hacer lo propio con el Tottenham. La estrategia fue clara: encerrarse atrás, aguantar, y en uno de los pocos balones que el delantero toque, intentar meter gol. Pues bien, le salió a las mil maravillas. El Tottenham comenzó fuerte el partido, con varias ocasiones, hasta que en el minuto 13 Loic Remy consiguió batir la meta enemiga, y, cómo no, a la contra. El resto del partido fue ciertamente "cómodo" para las urracas: achicar todas las ocasiones del Tottenham y resguardar el resultado. Si a esto se le añade que tu guardameta, en este caso Tony Krul, tiene el día, no hay mucho más que hacer. Tanto Newcastle como Chelsea, Arsenal, Cardiff City, West Ham, Crystal Palace, Swansea y Everton han utilizado esta táctica, eso sí, con distintos resultados. Una cosa está clara: los Spurs deben afinar su puntería si el año que viene quieren estar en la máxima competición continental a nivel de clubes: la UEFA Champions League.
Autor: Jon Martínez.
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